Dicen que los refranes son la sabiduría popular concentrada.
Tras una tenaz labor de investigación filológica ofrezco aquí una serie de refranes recuperados del olvido y que no estaría de más volver a poner de moda:
Cuando hiela fuerte, hace un frío de muerte.
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Más vale comerse un pastel que caerse por un precipicio.
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Las mujeres y las vacas, cuanto más gordas, más pesan.
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Si alguien tropieza en una piedra es señal de que no la ha visto.
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Buey que no muge y perro no ladra posiblemente sean mudos.
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Quien llega tarde al mercado lo encuentra todo cerrado.
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A la cama no te irás sin haberte levantado antes.
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En abril y en mayo da coces el caballo.
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Si coges un catarro, bebe mucho líquido.
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El alcalde de Marbella a diario come paella.
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Si tienes frío en enero, no te peles al cero.
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El borrico en su casa es igual que el borrico cuando está fuera.
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El agua de mayo moja igual que las otras.
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El buey suelto no suele volver al establo.
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Camarón que se duerme, se pierde el final de la película.
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Después de beber, viene el desbeber.
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Donde no hay harina, se puede usar Maizena.
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En casa del herrero cortaron la luz por falta de pago.
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Gato con guantes se resbala en el parquet.
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Aunque no llegue el verano lávate: no seas marrano.
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Lo que no has de comer, no lo saques del frigorífico.
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Más fácil es tomarse una cerveza que resolver una ecuación de segundo grado.
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Donde no te conozcan, nadie sabrá que eres estúpido.
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Las mujeres feas gastan en potingues más dinero que las guapas.
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Ni pelo en la sopa ni brea en la mopa.
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No hay cosa más tonta que un refrán popular.