Quantcast
Channel: HUMORADAS de Enrique Gallud Jardiel
Viewing all articles
Browse latest Browse all 4313

Grupo Éride

$
0
0

 


Dicen —y es verdad— que el teatro es la casa de todos y por eso todos debemos protegerlo y cuidarlo, para que no se deteriore. Lo hemos de hacer con nuestro respeto, nuestro cariño, nuestra asistencia y nuestra lectura, pues el teatro también se lee, como algunos han tardado muchos años en descubrir.

Y en el teatro hay héroes; y no me estoy refiriendo aquí a Rodrigo, valiente galán de Las mocedades del Cid, ni a Pedro Crespo, honorable protagonista de El alcalde de Zalamea. Hablo de actores que hacen perdurar una difícil profesión recibiendo muchas veces unos sueldos muy inferiores a la calidad de la labor que desempeñan y de técnicos que se esfuerzan sobremanera para enriquecer el arte dramático mediante la continua incorporación nuevas tecnologías que mejoran sustancialmente las puestas en escena.

El héroe del que hablaré aquí es Ángel Jiménez Lormann —persona bonísima y, sobre todo, extremadamente discreta—, que está haciendo por el teatro una labor imprescindible y que ya se estaba demorando. Con una tenacidad remarcable y un riesgo mercantil que es digno de tenerse en cuenta, dedica su labor editorial —es el factotum de Éride Ediciones— a crear unas colecciones exhaustivas de teatro que no existían hasta el momento.

Años ha hubo algunas, pero fueron condenadas al cruel infierno de la descatalogación. Las gentes de edad recordarán la colección «Teatro» de la editorial Alfil o los ejemplares de «La Farsa». Eran libretos destinados en principio al apuntador y a los actores, por lo que se trataba de ediciones en papel sucio, letra diminuta y precaria encuadernación. Sin embargo, servían perfectamente a un fin: llevar el teatro a un gran número de lectores con títulos muy económicos que aparecían regularmente. Pero nada de eso teníamos en la actualidad hasta que la editorial mencionada se propuso llenar ese vacío.

Lo está haciendo de una manera admirable, con ediciones cuidadas y elegantes, a la par que con voluntad didáctica y completista. Se han creado cuatro colecciones que cuentan ya con docenas y docenas de títulos: una, de los clásicos eternos, esos que nunca quedan anticuados; otra, de las obras que se presentan en los certámenes de Mérida y que por sus peculiaridades necesitan una forma distinta de edición; una tercera colección de teatro del siglo XXI, y una cuarta —probablemente única en las escasas editoriales que emprenden la aventura teatral— de teatro no estrenado.

Esta última colección nos parece un tremendo acierto. Los tiempos han cambiado y de la misma manera que el hecho de que una obra se estrene no asegura su calidad, el que no se haya montado aún no significa en absoluto que no pueda ser igual o mejor que las otras. Mihura tardó veinte años en conseguir estrenar Tres sombreros de copa, indiscutiblemente su mejor comedia. Valle-Inclán publicó Divinas palabrasen 1919, pero la obra tardó catorce años en conseguir llegar a los escenarios. ¿Qué mejor incentivo para fomentar la creación dramática en los escritores noveles que la posibilidad de mostrar su comedia al mundo, aunque consideraciones económicas o modas pasajeras puedan dificultar su montaje en un momento dado?

Mencionaríamos nombres de los autores que integran el catálogo, pero no queremos aburrir. Están todos los que deben estar: los conocidos y muchos desconocidos que, por sus méritos y gracias a estas colecciones, dejarán de serlo.

Puede pensar el lector que este escrito tiene una finalidad publicitaria. En efecto: la tiene. Pero nada de malo hay en dar a conocer a todos la existencia de algo bueno que puede proporcionar cultura y, además, muchas horas de placer a miles de lectores. El mayor bien para el mayor número, que dijo Bentham.

Cuidemos nuestro teatro. De la misma manera que Austria es conocida por su música, Rusia por su narrativa, Alemania por su filosofía u Holanda por su pintura, España destaca por su teatro, que siempre, en calidad y cantidad, ha superado a los de otros lugares. Mostrémonos orgullosos de él y procuremos apoyarlo y mejorarlo en la medida de nuestras capacidades. Con su entusiasmo editorial, Ángel lo hace.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 4313

Trending Articles