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Channel: HUMORADAS de Enrique Gallud Jardiel
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Voy a dar voces

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No es no es que les vaya a chillar, sino que propongo palabras para que amplíen ustedes su vocabulario.

          Son voces relacionadas con los libros, porque algunas son en extremo curiosas y desconocidas, y ya es hora de que se utilicen de manera más generalizada. (También daré algunas apócrifas, de mi propia cosecha.)

          Entre las clásicas están:

          Bibliátrica, que es el arte de arte de restaurar los libros que se han roto por falta de cuidado o por haberlos usado para calzar la mesa de la cocina;

          Bibliopege, que define al encuadernador de libros, aunque es poco probable que los encuadernadores sepan cómo se llaman;

          Bibliognosta, el conocedor de libros; éste sí que lo sabrá, seguramente;

          Bibliósofo, «aquél que ama los libros». Esta palabra define al secretario o tenedor de libros vulgar y corriente;

          Bibliótata, bonita palabra que nos habla de una persona indiferente a los libros que posee: la mayoría. En realidad se trata de bibliofobia encubierta;

          Bibliótafoes aquel que no presta sus libros. Y hace muy bien, porque para devolver libros prestados hay que tener un gen especial, del que parece carecer la especie;

          Bibliópola, el librero de toda la vida, pero en culto;

          Bibliopeaes el arte de hacer un libro, aunque no queda claro si el término se refiere a redactarlo o a imprimirlo, pero lo dejamos así;

          Bibliopepsiadefine a la propensión a la lectura apresurada, fragmentada y sin aprovechamiento.

          Y ahora vienen los términos que yo propongo. Se dividen en dos clases; 1) nuevas acepciones para palabras ya existentes, y 2) neologismos puros y duros salidos del caletre de un servidor.

          Nuevas acepciones:

          Bibliografía: Un libro sobre el que se ha pintado garabatos. Suele pasar mucho con los libros de texto de los niños.

          Biblioteconomía: Arte de no gastarse ni un duro en libros, leyéndolos en las bibliotecas públicas, que son gratuitas.

          Bibliomancia: Arte de adivinar qué libro ganará el próximo premio Planeta, para poder hacer apuestas y sacarse un pico.

          Bibliolito: Un libro pétreo, como un ladrillo, que no hay dios que lo lea.

          Y los nuevos términos:

          Bibliocefalia: Dolor de cabeza producido por la lectura de libros.

          Bibliódromo: Lugar donde se efectúan carreras en las que los corredores van cargados con libros.

          Biblioginia: Novelas para feministas.

          Biblioplegia: Golpe asestado con un libro.

          Bibliorragia: Característica del mundo actual, donde brotan libros por todas partes.

          Biblitis: Acción de hincharse un libro, por ejemplo, a causa de la humedad.

          Biblioma: Libro pernicioso, considerado como un cáncer cultural.

          Bibliopiteco: Un mono salido de un libro; por ejemplo, la mona Chita, que aparece en las novelas de Tarzán.

          Biblionauta: El que viaja encima de un libro. (¿Por qué no? Cosas más difíciles se han visto.)

 



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